Cuando los sordos cristianos conocemos a otros sordos que han tenido la misma experiencia con Jesús que nosotros, nos llenamos de gozo en nuestro corazón. Queremos apoyar y confraternizar con todos nuestros hermanos sordos de nuestro país para que este estímulo mutuo nos ayude a seguir adelante en la Senda del Evangelio. Cada año intentamos realizar viajes a diferentes iglesias donde conocemos que hay sordos. Cuando llegamos al lugar intercambiamos con gozo nuestros anhelos y testimonios, y también apoyamos ha obra en esa iglesia realizando salidas evangelísticas para alcanzar a otros sordos no convertidos del lugar.
También compartimos nuestro trabajo con los oyentes de esa congregación e intentamos ser de la mayor edificación para el conjunta de la comunidad. Todo lo hacemos bajo la supervisión y el acuerdo del líder o líderes de esa iglesia. Es para nosotros muy importante hacer las cosas en un orden ministerial y bajo el respeto a lo que Dios ha establecido en su Palabra.